El fin de semana antes de que saltara todo por los aires con lo del coronavirus, hicimos una escapada a Chulilla, Valencia.
Como tengo tan mala memoria, cada vez que alguien me habla de un sitio interesare, le pongo un marcador en Google Maps, así cuando tengo planeado pasar por una zona, reviso antes por si tengo alguna anotación. De igual modo, si quiero hacer algún viaje y no tengo claro donde, reviso el mapa a ver que veo... y en esta ocasión me topé con Chulilla, que no me sonaba de nada.
Durante los últimos años he utilizado asiduamente Booking para reservar alojamientos, ya que tenía un sistema de recompensas por referidos, digamos, un poco laxo... por lo que al final siempre conseguía un buen precio. Pero el chollo se ha acabado, así que a partir de ahora usaré Booking únicamente para buscar y ver la información, luego comprobaré en la web del propio alojamiento o llamaré por teléfono para preguntar.
Esto es lo que hice con nuestro alojamiento en Chulilla, Ca Tona. En Booking estaba a 100€ las dos noches y contactando con ellos directamente por WhatsApp fueron 90€. La casa, ideal, en la plaza del pueblo muy amplia y confortable.
Vistas desde la habitación en Ca Tona |
Para llegar a Chulilla desde Albacete, si lo haces a través de Requena y Chera se tarda 2:20h, eso sí, prepárate para tardar 1h en los últimos 40km, ya que aunque la carretera está en muy buenas condiciones, hay curvas para aburrirte.
Tras un descanso para recuperarnos un poco del mareo, dimos una vuelta por el pueblo y subimos hasta el castillo, donde pude contemplar embobado como pasaban por nuestra cabeza una constelación de satélites Starlink uno detrás de otro (unos 50).
Imponentes murallas |
De vuelta a la plaza, donde pensábamos cenar en el bar que hay allí, pasamos por delante de la puerta del restaurante El Pozo, que nos pareció muy de postín, pero viendo los precios tampoco daba esa impresión, así que entramos a cenar. ¡Vaya acierto! Todos los platos eran muy originales y estaban muy ricos, nos salio por 38€ en total para los dos (bueno, los tres).
A la mañana siguiente nos preparamos para hacer la caminata imprescindible de la zona, la Ruta de los puentes colgantes de los Calderones, tenéis el track en wikiloc, una bonita y sencilla ruta circular de unos 6km.
Barranco atravesado por el Turia |
Al inicio de la ruta, si vas en fin de semana o festivo, tendrás que pagar una cuota de 1€ por adulto en concepto de aporte para la conservación de los puentes.
El primero de los dos puentes colgantes |
Si sufres de vértigo lo mismo no disfrutas tanto como yo cruzándolo |
El segundo puente, este está más bajito. |
A mitad de la ruta, paramos un momento a buscar este caché.
Había mucha gente haciendo escalada, ¿Los veis? |
En el punto más alejado de la ruta, está el embalse de Lorigilla, al cual no pudimos llegar porque al pasar la presa de Torraeta empezó a hacer aire y decidimos darnos la vuelta.
Por la tarde, fuimos a ver el Lago Azul, una ruta aun más sencilla que la de la mañana, de apenas 3km ida y vuelta.
Camino de piedras para atravesar el agua |
Las pasarelas que había visto en muchas fotos |
Ves las fotos de las pasarelas de madera pegada a la pared y dices, joer, que chulo... pero os tengo que advertir que NO está mantenido desde hace años y da la sensación de que en algún momento quisieron cerrar el acceso debido a su lamentable estado. Los primeros tablones están totalmente sueltos, y los últimos tramos directamente no hay, por lo que no se puede llegar hasta el final. En definitiva, no apto para niños o gente con un poco de vértigo.
La entrada da miedito... |
En definitiva, una pena que esté así con lo bonito que es, deberían arreglarlas o quitarlas, porque son un poco peligrosas.
Para la cena del sábado probamos otro restaurante, Hoces del Turia, que aunque también estuvo bien, me gustó más el del día anterior.
Otro puente |
El domingo por la mañana nos acercamos hasta el cercano municipio de Calles, desde donde hacer el último paseo de esta escapada. La ruta que hicimos fue de unos 4km (ida y vuelta), tenéis el track de wikiloc aquí.
El primer kilómetro es algo durillo, ya que es en constante ascensión, pero yo sabía que merecería la pena. Digo esto porque en 2006 estuve ya aquí haciendo un Geocaching, lo que pasa es que era de noche y la verdad es que no lo recordaba muy bien.
Tras pasar el puente y ascender hasta la cota máxima de la ruta, llegamos hasta el acueducto romano de Peña Cortada, una construcción imponente que se abre paso a través de múltiples túneles picados en la roca viva. Impresiona como hace casi 2000 años pudieron hacer semejante obra de docenas de kilómetros de longitud, consiguiendo con un mínimo desnivel llevar el agua hasta donde les era necesario.
¿Veis el corte al fondo? |
Este es el corte de la foto de arriba |
En el extremo de la ruta, nos encontramos con este bien conservado puente, aunque realmente no lo es, ya que es la continuación del acueducto y por tanto su misión era transportar agua.
Puente de la Rambla de Alcotas |
Para volver a Albacete, decidimos tomar el camino largo y llegar hasta Valencia y así hacer casi todo el trayecto por autovía y evitarnos las curvas de Chera.
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