Vinos el Gordo se fue...
Después de 70 años, pasando por varias ubicaciones desde el primer local en el Alto de la Villa, posiblemente la última taberna que quedaba como tal en la ciudad, ha echado el cierre. Un sitio clásico de vinos, cerveza y calimocho, mucho calimocho, del que no podías dejar de acordarte al día siguiente.
A parte brebajes líquidos, era un sitio donde me gustaba pedir para picotear sus tajás de tocino, revuelto de frutos secos, guindillas o kimbos (aceitunas follás).
Y aunque a mucha gente le sorprendía, también había cocina, donde Nicanora (la mujer de Manolo) podía prepararte una buena cena. Hasta tal punto que un grupo de más de 20 personas fuimos a cenar para celebrar una despedida de solteros y fuimos degustados con un imponente asado de cordero y el mejor flan de café que he comido en la vida.
En conmemoración suya, aquí va mi pequeño homenaje:
Tajá + cerveza, nuestro Happy Meal del Gordo. |
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